INSPIRACIÓN
SERIE TITULADA JARDINES OSCUROS
de fecha 27 de Noviembre de 2009.
Fotos: ABC COLOR – ANTONIO LEÓN
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La idea de explorar el potencial expresivo de los materiales plásticos inspiró a Marcelo Medina para realizar su nueva serie de obras abstractas. Son diez pinturas que se enmarcan dentro de la técnica mixta y destacan los valores gráficos: color, luz, texturas, formas, líneas y puntos. La colección titulada Jardines Oscuros estará a la vista del público desde el 2 de diciembre en la galería de arte Verónica Torres, del Mariscal López Shopping.
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** En su afán por seguir innovando, Marcelo Medina se dispuso a explorar las alternativas artísticas de los materiales plásticos. Y como resultado de esa búsqueda logró concretar diez cuadros de mediano y gran formato que destacan los relieves, texturas y empastes de acrílico y esmaltes. Obras abstractas realizadas a partir de posibilidades oleosas, con la aplicación de tonalidades de inusitada diafanía.
** “La pintura abstracta para mí es un acto de meditación y conciencia, y al mismo tiempo una aventura. Meditación, porque cuanto más nos sumergimos en nuestra propia personalidad, más clara y convincente será la imagen que podamos trasmitir, y por ende más comprensible será nuestra expresión. Aventura, por cuanto se corre riesgos y se explora, se experimenta, se busca que la habilidad artística esté a la altura de las tareas propuestas. El toque personal consiste en escribir pintando, como una expresión de temperamento y personalidad”, dice Marcelo, respecto a su nueva colección.
** La serie titulada Jardines Oscuros, según sus planteamientos, enfatiza la reactivación significativa de determinados valores gráficos, como ser el color, la luz, la textura; la forma, la línea y el punto.
** “Mis obras representan planos pictóricos agitados o tranquilos, cubiertos de enérgicos trazos de color y signos gráficos no exentos de profundidad barroca. Se trata de un espacio sin principio ni final donde el movimiento surge de mí mismo, de los gestos de mis brazos y de mi cuerpo entero. Por eso esta obra detenta un carácter apasionadamente antropológico. Es la expresión de una interfase entre la racionalidad y la emoción descontrolada, entre la objetividad más fría y la sentimentalidad artificial de inicios de siglo”, filosofa el artista ante su creación.
** El arte abstracto —definen los entendidos— se ha caracterizado históricamente por señalar una resistencia contra la tradición académica y la estética normativa, como contra la tiranía política, lo que supone ya un acto de libertad en periodos de represión total.** “Las formas libres de violentas pinceladas devienen en explosiones de color y textura, donde se mezclan los mundos del día y la noche; de la realidad más objetiva y los sueños y pesadillas sugeridos en el detrás de las cosas. Son transiciones entre estructura y coloración, donde la imagen de un pensamiento imaginativo y subjetivo se dispone a resistir doctrinas ideológicas y estéticas”.
** Marcelo Medina insiste en que sus abstracciones no son utópicas. Es decir, no están herméticamente selladas, sino que “tienen distintos accesos y son lugares habitables o domesticables por la mirada del espectador”. Tal afirmación se desprende como un acto de defensa, porque el pintor considera que “mientras el realismo pictórico se detiene en la pura apariencia y la mera superficie de las cosas, la abstracción instala la posibilidad de ir más allá de lo superficial e ilusoriamente aparente. Se trata, paradójicamente, de levantar un inventado mundo pictórico donde pueda existir conciencia tanto de lo esencial como de la belleza más sofisticada. Porque la categoría de una obra de arte contemporánea no la determina su verosimilitud o capacidad mimética, sino la calidad de su forma y color. El arte elevado no puede ser nunca una mera representación; su objetivo no es la cita, sino la transformación y la composición formal”.
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