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domingo, 21 de marzo de 2010

JAVIER YUBI - MUSEO MUNICIPAL DE FULGENCIO YEGROS, HERENCIA DE INMIGRANTES / Fuente Revista Dominical de ABC COLOR del domingo, 24 de marzo 2010.



MUSEOS DEL PAÍS
Por JAVIER YUBI
(Enlace a datos biográficos y obras
En la GALERÍA DE MUSEOS del
www.portalguarani.com )

MUSEO MUNICIPAL DE FULGENCIO YEGROS
HERENCIA DE INMIGRANTES

Un recorrido por el gran salón del Museo Municipal de Fulgencio Yegros se convierte en un viaje sin fronteras a la época inicial, cuando llegaron los primeros inmigrantes que habitaron el pueblo. Objetos que pertenecieron a familias venidas de Francia, Alemania, Suiza, Italia, España, Suecia y otros países europeos despiertan la curiosidad del visitante.
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Recuerdos del Viejo Mundo.
Artefactos tecnológicos del ayer que eran utilizados por los inmigrantes europeos que se instalaron en Yegros están a la vista de los visitantes en el Museo Municipal.


La Municipalidad de Fulgencio Yegros habilitó el 21 de diciembre de 2003 una muestra permanente de objetos que pertenecieron a los primeros habitantes del lugar: inmigrantes europeos. Con gente de 21 nacionalidades diferentes, se formó el 17 de diciembre de 1891 la Colonia Juan Gualberto González, en honor al presidente del Paraguay que promulgó el decreto fundacional.
Un poco más tarde cambió de nombre y pasó a llamarse Colonia Nacional. Grandes casas comerciales, destilerías, licorerías y yerbateras apuntalaron la prosperidad del pueblo que tenía entre sus habitantes al conde Gastón Dubois Du Tilleul, a la escultora y poetisa Nathalie Bruel, al oficial de la Marina alemana Damián Greuling, el médico del Zar de Rusia, Juan Dzirme; a los soldados de la guardia vaticana de Roma, Aníbal Branchessi, Manuel Moudelle y Pedro Zarrazin. Circulaban también por las polvorientas y rectas calles de la planificada villa el cocinero de la Corte Imperial de Napoléon III, José Durand; el médico Hugo Bosch, el odontólogo Kurt Behmarck, el cirujano Hans Krausse y el médico Iván Nercoloff. Un personaje destacado como industrial y filántropo, muy apreciado en Yegros fue el español Rafael García. Una sección del museo lo recuerda a través de sus fotografías. Además de un enorme retrato, se pueden ver imágenes del festejo de sus bodas de oro, en la plaza central. Acontecimiento que convocó a la población para demostrar sus afectos a la pareja que no tuvo descendientes directos. Varias ex pertenencias del acaudalado hombre de negocios revelan la buena vida que alcanzó en este rincón alejado de su patria. Está el primer receptor de radio a batería, traído al pueblo en tiempos de la Guerra del Chaco (1932-1935). El aparato, según cuentan los memoriosos, sintonizaba Radio Nacional y era colocado por el señor García en una ventana de su casa para que los yegreños se acerquen a escuchar las noticias del frente y saber de sus familiares combatientes.
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El acervo valoriza la historia del lugar y permite descubrir cómo vivían los pioneros que dejaron su patria para iniciar una nueva vida en esta parte del continente sudamericano.
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Prueba del poderío económico de Rafael García son las hojas enmarcadas del periódico La Voz del Paraguay, de Rosario, Argentina, edición de setiembre de 1943. En ellas se detalla el gran surtido de su tienda, almacén y ferretería El Asturiano. Se menciona además sus producciones de caña, vino y yerba mate. Su hermano, Domingo García Alvarez, dueño de la fábrica de licores La Iberia, anunciaba también en la prensa rosarina que su destilería La Yegreña era “la casa de caña más moderna y la más importante del país”.
El aporte paraguayo a la vida cotidiana del cosmopolita pueblo de Yegros queda testimoniado con una figura emblemática: el presbítero Pedro Juan Fariña Arce, carismático sacerdote que sirvió a la comunidad en función de cura párroco desde 1926 hasta 1976. Parte de sus pertenencias fueron rescatadas de un depósito y colocadas en vidrieras especiales. Una muestra su sombrero y el traje de campaña que vistió cuando fue capellán militar durante la guerra contra Bolivia. Otra ubica los instrumentos musicales, bombardino, clarinetes y trompetas que utilizó en la banda del Batallón Boys Scout que él mismo creó y dirigió.
El armonio, ya destartalado, con que el padre Fariña Arce ejecutaba el Ave María durante los casamientos, revive en silencio momentos inolvidables en la vida social de los yegreños.
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La figura del prócer de la patria Fulgencio Yegros
ocupa un lugar privilegiado en el centro cultural.
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Una máquina de coser de 1903 que funcionaba a pedal y a manivela, con su silla vienesa, recuerda a una de las maestras que apuntalaron la educación en el pueblo: la profesora Vitálica Ortigoza.
Otro personaje popular, presente con sus viejos utensilios, es el peluquero Leonardo Báez. Su silla de madera, hoy vacía, sirve de soporte al cartel hecho a mano que persuadía a los clientes de los precios de cortes en pesos. Pero los que no venían a la peluquería El Pingüino, tampoco se salvaban de sus tijeras y navajas. Con un valijín de mano, Báez acostumbraba recorrer el vecindario, barrios y compañías para peluquear a todos los varones del pueblo.
Planchas a vapor, máquinas de escribir, cámaras fotográficas, prensas y diversos utensilios domésticos marcan etapas vividas en este lejano pueblo del departamento de Caazapá. Se encuentran además armamentos, municiones y condecoraciones de la Guerra del Chaco. Fotografías de los primeros colonos, artistas, ex autoridades y acontecimientos relevantes para los yegreños. Entre ellas, un retrato antiguo del excombatiente de la Guerra de la Triple Alianza (1865-1870), el alférez Vicente Ortigoza.
Ocupan un espacio privilegiado el altar de madera del segundo templo parroquial, consagrado el 15 de noviembre de 1926; la cruz de hierro en que terminaba la torre de la primera capilla y varios candelabros de bronce.
Los corredores y el patio del edificio no están libres de objetos. Hay restos de grandes maquinarias que sirvieron para apuntalar el notable desarrollo industrial que experimentó el pueblo en décadas pasadas. A cielo abierto se ubica la corroída caldera de la usina eléctrica, inaugurada en 1930 por los señores Emilio Napout, Leopoldo Bruel y Gregorio Fernández, que colocó a Yegros entre los primeros pueblos del interior en contar con el servicio de electricidad. La luz se apagó al estallar la Revolución de 1947. Existe igualmente una bomba a mano, utilizada para trasiego de líquidos (vino, caña, agua) de acción horizontal, marca Broquet, importada de París, Francia. Del monte se rescató parte de la máquina fabricadora de la gaseosa Si Si, que deleitó a otras generaciones de yegreños.
Entre los documentos que se conservan, llaman la atención tres planos rescatados en mal estado de una casa abandonada. Hechas a mano por ingenieros alemanes, las figuras dibujadas y pintadas servían para armar una caldera a vapor para calefaccionar una superficie de 60 metros cuadrados. Un guinche de transmisión para carga máxima de 1.000 kilogramos (1 tonelada) y 8 metros de altura, que levanta mecánicamente, y una máquina a vapor con caño de escape de un cilindro con 1.000 revoluciones por minuto, con 560 de volumen por motor.
Reunir todas las piezas demandó tiempo y trabajo. Pero con voluntad y esfuerzo se alcanzó el objetivo. El local del museo tiene su propia historia: fue construido en la década de 1920 para sede del mercado municipal. Funcionó como carnicería y depósito de la comuna. En los últimos años, cuando se vio la necesidad de contar con un edificio para el Departamento de Cultura, se remodeló acorde a las exigencias del nuevo uso que ahora se le da.
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Acceso libre
El Museo Municipal está ubicado en pleno centro, en la esquina de las calles Pa’í Fariña y España. Se inauguró el 21 de diciembre de 2003 y abre sus puertas de martes a domingos, de 8:00 a 11:30. Hay una mesa larga con sillas para quienes tienen interés de leer los libros o investigar los documentos que se guardan en la biblioteca. El acceso es gratuito y si llegan turistas fuera del horario de atención, hay vecinos con llaves autorizados a mostrar el museo.
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Cómo llegar
Fulgencio Yegros queda a 278 kilómetros de Asunción. Desde la capital departamental Caazapá, hasta donde llega la ruta asfaltada, son 52 kilómetros de caminos de tierra.Yegros, que cuenta con 1.090 habitantes (censo nacional 2002), es considerado el primer pueblo del Paraguay que se organizó sobre un plano preestablecido. El trazado de 102 manzanas fue proyectado y ejecutado por el arquitecto francés de apellido Gibrat, a semejanza de la ciudad argentina de La Plata, con calles diagonales que convergen en una plaza central y cuatro plazas aledañas.
19 de Marzo de 2010.
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1 comentario:

  1. Mis tios abuelos Rafael Garcia Alvarez (padrino de mi padre Jose Garcia-Garcia, Pepin el de la lejia, Capitan Coruña ,su nombre de guerra en el frente de Madrid), Domingo Garcia Alvarez y Amador Garcia Alvarez fueron grandes terratenientes y grandes filantropos en la ciudad de Yegros, Paraguay, donde nacio la hija menor de Pepin de la Lejia y donde la FUNDACION HERMANOS DE LA LEJIA LEVANTARA UNA ESCUELA EN HOMENAJE A LA TIERRA QUE AMPARO A PEPIN DE LA LEJIA EN SU EXODO A AMERICA DEL SUR.FUE UN SALVOCONDUCTO, EXTENDIDO POR EL PRESIDENTE DE PARAGUAY EL QUE LE PERMITIO CIRCULAR POR TODA AMERICA SIN NINGUN PROBLEMA. GRACIAS MI QUERIDA CIUDAD DE YEGROS, QUE EN SU HISTORIA ME TIENE COMO HIJA PREDILECTA. SELVA GARCIA.

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