(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE ARTES del
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MIGRACIONES: INTERIOR/EXTERIOR
La muestra XKSA de Carlos Bittar reúne algunas decenas de imágenes, cuya “temática” (por usar ese termino “políticamente incorrecto”) gira en torno al espacio doméstico; Al micro-cosmos construido por objetos, situaciones, recuerdos –y en forma relativamente indirecta- por las personas que lo habitan (incluyendo a Rocco, que si bien no es del todo persona –es un bóxer albino- podría considerarse parte de la peculiar “familia”).
Las fotografías se exponen como al descuido (o al menos en forma bastante casual): sujetas con pinches al cordel de tender la ropa, cosa que reflejaría-reforzaría lo poco épico de su temática. (Pero también esto podría aludir – ¿me detengo más de la cuenta en este detalle del montaje?- a la técnica digital que se emplea, a la desmesurada reproducibilidad que trae implícita y que por eso puede suponer también cierta banalización de la imagen. (¿No resultaría ligeramente incorrecto “colgar” -metonímicamente- casa y parientes, hijos y recuerdos de un cordel?-al menos podría haber excluido al perro-… ¿Qué puede estar pasando aquí?).
1. MIGRACIONES.
Gran parte del trabajo anterior del fotógrafo podría inscribirse –preliminar y con cierta imprecisión- en lo que denominaríamos un uso predominantemente “referencialista” del medio fotográfico. Esto es, el registro del “esto fue” exterior, ligado al fotoensayo, al documentalismo, y realizado en técnica positivo-negativo de blanco y negro, en 35mm o formato medio. Los ensayos “Ultima Estación” -sobre el desaparecido ferrocarril nacional- y “Fin de Zona Urbana” –una aproximación a las ciudades locales- se inscribirían en esta línea. (Un otro ensayo, temporalmente intermedio, “Entrecasa” -fotos familiares, aunque en la línea del fotoensayo -quizás oficie de transición entre esa anterior aproximación “exterior” y la mirada mas “privada” que asume esta muestra).
Atendiendo a estos antecedentes, podríamos conjeturar aquí una migración de sentido doble (aunque ambos términos estén de hecho indisolublemente imbricados): Afecta primeramente al medio del cual se vale (el digital en este caso, que lo asume a modo de “exploración”). En segundo lugar, la migración –desde el “exterior” al “interior”, supone el ingreso a un terreno diverso de significación, o si se quiere, supone una otra forma de encarar el medio fotográfico.
2. INTERIOR-EXTERIOR.
Así, el relato, el registro, el hecho, el “esto fue”, el “evento”, se desplaza hacia discretas anécdotas de intra-muros, hacia un adentro en extremo cotidiano. A veces algo oscuro (¿O algo sórdido?: El café derramado en el piso; El resto de queso en la heladera, que probablemente ya no alcance para el próximo plato de fideos; O, entre la palita de basura y el perro tendido a su lado (¿Cuál está mas despatarrado?). A veces parece oscilar entre el anacronismo y la nostalgia (La maquina de escribir; El carrete vacío de negativo 6x6 -¿será el carrete de la cámara robada?-; La pequeña estatuilla china-kitsch; El emblemático “mantelito” de ñandutí; Los apuntes –bitácora nemotécnica- de anécdotas paternas “tres fronteiras”; O el timer de un laboratorio fotográfico que ya no se usa -ahora se procesan las imágenes en Photoshop)
Otras veces –cuando no casi siempre- la imagen se construye (¡maldito pasado!) desde recursos compositivos tradicionales (Vg.: Contraste de líneas rectas y curvas en la imagen de la manguera roja sobre el piso cerámico; El encuadre contrapicado que muestra la lámpara colgando del techo; Mediante el violento contraste lumínico de la carrocería de la camioneta; En la luz que refleja los azulejos, etc.)
Tampoco nos engañemos: el fotógrafo no es ingenuo al punto de “olvidar” su anterior condición de tal, con todo lo que ello implica. Por el contrario, parecería que busca reconstruirlo desde otra actitud y desde otro soporte técnico (digital).
Suponiendo que así fuese: ¿A qué otros recursos que no sean visuales podría recurrir?...¿O es que se puede separar tajantemente-psicoticamente- en el signo fotográfico lo Sintáctico-Objetivo-Exterior, de lo Pragmático-Subjetivo-Interior?... ¿Qué es Adentro y qué es Afuera?...¿Qué tanto Afuera supone una fotografía (interior, en tanto familiar y privada) de Lartigue?...¿Y qué tanto Adentro (“construcción subjetiva”) habría en el registro, en el “momento decisivo” de una fotografía documental (exterior) de Cartier-Bresson de la guerra civil española?...
Por fortuna, estas cosas –adentro y afuera- de un tiempo a esta parte ya no importan.
De hecho, nunca importaron gran cosa, en tanto que fue precisamente esta variedad de “usos sociales” del medio (documental, familiar, periodística, etc.) la que histórica y lingüísticamente ha sustentado la vitalidad de la fotografía.
Y hoy podemos seguir “hablando” desde los más diversos lugares… ¿Quién sabe?...Che ko haemínte...
JAVIER RODRÍGUEZ ALCALÁ
La muestra XKSA de Carlos Bittar reúne algunas decenas de imágenes, cuya “temática” (por usar ese termino “políticamente incorrecto”) gira en torno al espacio doméstico; Al micro-cosmos construido por objetos, situaciones, recuerdos –y en forma relativamente indirecta- por las personas que lo habitan (incluyendo a Rocco, que si bien no es del todo persona –es un bóxer albino- podría considerarse parte de la peculiar “familia”).
Las fotografías se exponen como al descuido (o al menos en forma bastante casual): sujetas con pinches al cordel de tender la ropa, cosa que reflejaría-reforzaría lo poco épico de su temática. (Pero también esto podría aludir – ¿me detengo más de la cuenta en este detalle del montaje?- a la técnica digital que se emplea, a la desmesurada reproducibilidad que trae implícita y que por eso puede suponer también cierta banalización de la imagen. (¿No resultaría ligeramente incorrecto “colgar” -metonímicamente- casa y parientes, hijos y recuerdos de un cordel?-al menos podría haber excluido al perro-… ¿Qué puede estar pasando aquí?).
1. MIGRACIONES.
Gran parte del trabajo anterior del fotógrafo podría inscribirse –preliminar y con cierta imprecisión- en lo que denominaríamos un uso predominantemente “referencialista” del medio fotográfico. Esto es, el registro del “esto fue” exterior, ligado al fotoensayo, al documentalismo, y realizado en técnica positivo-negativo de blanco y negro, en 35mm o formato medio. Los ensayos “Ultima Estación” -sobre el desaparecido ferrocarril nacional- y “Fin de Zona Urbana” –una aproximación a las ciudades locales- se inscribirían en esta línea. (Un otro ensayo, temporalmente intermedio, “Entrecasa” -fotos familiares, aunque en la línea del fotoensayo -quizás oficie de transición entre esa anterior aproximación “exterior” y la mirada mas “privada” que asume esta muestra).
Atendiendo a estos antecedentes, podríamos conjeturar aquí una migración de sentido doble (aunque ambos términos estén de hecho indisolublemente imbricados): Afecta primeramente al medio del cual se vale (el digital en este caso, que lo asume a modo de “exploración”). En segundo lugar, la migración –desde el “exterior” al “interior”, supone el ingreso a un terreno diverso de significación, o si se quiere, supone una otra forma de encarar el medio fotográfico.
2. INTERIOR-EXTERIOR.
Así, el relato, el registro, el hecho, el “esto fue”, el “evento”, se desplaza hacia discretas anécdotas de intra-muros, hacia un adentro en extremo cotidiano. A veces algo oscuro (¿O algo sórdido?: El café derramado en el piso; El resto de queso en la heladera, que probablemente ya no alcance para el próximo plato de fideos; O, entre la palita de basura y el perro tendido a su lado (¿Cuál está mas despatarrado?). A veces parece oscilar entre el anacronismo y la nostalgia (La maquina de escribir; El carrete vacío de negativo 6x6 -¿será el carrete de la cámara robada?-; La pequeña estatuilla china-kitsch; El emblemático “mantelito” de ñandutí; Los apuntes –bitácora nemotécnica- de anécdotas paternas “tres fronteiras”; O el timer de un laboratorio fotográfico que ya no se usa -ahora se procesan las imágenes en Photoshop)
Otras veces –cuando no casi siempre- la imagen se construye (¡maldito pasado!) desde recursos compositivos tradicionales (Vg.: Contraste de líneas rectas y curvas en la imagen de la manguera roja sobre el piso cerámico; El encuadre contrapicado que muestra la lámpara colgando del techo; Mediante el violento contraste lumínico de la carrocería de la camioneta; En la luz que refleja los azulejos, etc.)
Tampoco nos engañemos: el fotógrafo no es ingenuo al punto de “olvidar” su anterior condición de tal, con todo lo que ello implica. Por el contrario, parecería que busca reconstruirlo desde otra actitud y desde otro soporte técnico (digital).
Suponiendo que así fuese: ¿A qué otros recursos que no sean visuales podría recurrir?...¿O es que se puede separar tajantemente-psicoticamente- en el signo fotográfico lo Sintáctico-Objetivo-Exterior, de lo Pragmático-Subjetivo-Interior?... ¿Qué es Adentro y qué es Afuera?...¿Qué tanto Afuera supone una fotografía (interior, en tanto familiar y privada) de Lartigue?...¿Y qué tanto Adentro (“construcción subjetiva”) habría en el registro, en el “momento decisivo” de una fotografía documental (exterior) de Cartier-Bresson de la guerra civil española?...
Por fortuna, estas cosas –adentro y afuera- de un tiempo a esta parte ya no importan.
De hecho, nunca importaron gran cosa, en tanto que fue precisamente esta variedad de “usos sociales” del medio (documental, familiar, periodística, etc.) la que histórica y lingüísticamente ha sustentado la vitalidad de la fotografía.
Y hoy podemos seguir “hablando” desde los más diversos lugares… ¿Quién sabe?...Che ko haemínte...
JAVIER RODRÍGUEZ ALCALÁ
Fuente: FOTOTEXTO
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