OBRA: “SIN TÍTULO”Técnica: Óleo sobre tela con barníz mate
Medida: 100 x 130 cm.
Año 2005
ARTISTA: SARA HOOPER
ARTISTA: SARA HOOPER
(Enlace con datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE ARTES del
**/**
LA FILIACIÓN
** Esta muestra significa un encuentro y marca un cruce. No es casual que Sara sea pintora y que conserve la obra de su padre. Y que compartan ambos el rigor de la construcción y el laconismo de los colores.-
** Walter Benjamín, el crítico alemán, asegura que una de las mejores posibilidades de la fotografía y del cine es la de acercar la mirada al objeto de modo tal que éste puede revelar aspectos suyos invisibles a la percepción común; de este modo, aparece un mundo sustraído por la dimensión “natural” de la forma y abierto a otros registros de sentido. Sara Hooper aplica este principio a la pintura: parte de la representación naturalista de caballos y, a partir de sucesivas aproximaciones a aspectos suyos, y recortes puntuales de la imagen, termina por dejar de lado la figura del animal y reinventa figuras autónomas. A caballo, valga el albur, entre lo abstracto y representativo, estas figuras se nutren de la memoria del cuerpo animal para escapar del círculo de la mímesis y empujar nuevos derroteros de significación. Las sugerencias del modelo sustraído están allí, animando la nueva imagen, aún desconocida: el ímpetu de lo orgánico, la belleza fragmentada, la piel que palpita, el resoplo que calla. Pero ahora esas formas fracturadas desembocan en otras regiones animadas por el pulso vital del erotismo y el silencio radical de lo que espera un nombre.-
** Sara emplea otras estrategias de la fotografía: encuadra, enfoca y desenfoca, borronea el fondo, vuelve nítido tal detalle, apaga tal otro. Las ventanas delimitan un espacio de visión; pero no lo hacen encerrando el cuadro perspectivo tradicional: una abertura que asigna sus lugares a la figura y el fondo y demarca el contorno de la escena de la representación. La ventana inventa un blanco sobre la tela blanca: discute con su soporte, refuta la superficie de inscripción. La ventana se vuelve huella fantasmática de sí: el dintel imposible que secciona lo orgánico sobre el fondo desmontado de la representación.
** Walter Benjamín, el crítico alemán, asegura que una de las mejores posibilidades de la fotografía y del cine es la de acercar la mirada al objeto de modo tal que éste puede revelar aspectos suyos invisibles a la percepción común; de este modo, aparece un mundo sustraído por la dimensión “natural” de la forma y abierto a otros registros de sentido. Sara Hooper aplica este principio a la pintura: parte de la representación naturalista de caballos y, a partir de sucesivas aproximaciones a aspectos suyos, y recortes puntuales de la imagen, termina por dejar de lado la figura del animal y reinventa figuras autónomas. A caballo, valga el albur, entre lo abstracto y representativo, estas figuras se nutren de la memoria del cuerpo animal para escapar del círculo de la mímesis y empujar nuevos derroteros de significación. Las sugerencias del modelo sustraído están allí, animando la nueva imagen, aún desconocida: el ímpetu de lo orgánico, la belleza fragmentada, la piel que palpita, el resoplo que calla. Pero ahora esas formas fracturadas desembocan en otras regiones animadas por el pulso vital del erotismo y el silencio radical de lo que espera un nombre.-
** Sara emplea otras estrategias de la fotografía: encuadra, enfoca y desenfoca, borronea el fondo, vuelve nítido tal detalle, apaga tal otro. Las ventanas delimitan un espacio de visión; pero no lo hacen encerrando el cuadro perspectivo tradicional: una abertura que asigna sus lugares a la figura y el fondo y demarca el contorno de la escena de la representación. La ventana inventa un blanco sobre la tela blanca: discute con su soporte, refuta la superficie de inscripción. La ventana se vuelve huella fantasmática de sí: el dintel imposible que secciona lo orgánico sobre el fondo desmontado de la representación.
TICIO ESCOBAR. Mayo 2004. Texto a propósito de la exposición individual en Galería Fábrica – Asunción, Paraguay.-
.
.
HOOPER, SARA
** Eludiendo la representación convencional, Sara Hooper expone la inevitable fragmentación de la experiencia a través del subjetivismo del intracuerpo. Recortada la escena, este voyeurismo escatológico no puede menos que inquietar, cuando no revolver o subvertir.-
** De técnica renacentista y aire japonés en la paleta, la pintura de Sara Hooper – siempre “sin título” – interpela a la contemporaneidad desde su solitaria “mismidad”. Nada parece apartarla de su designio estético, salvo la curiosa pregunta por el origen, por el tiempo, por la “insoportable levedad del ser”.-
** Hooper nos enfrenta a lo más temido, nos roza con las alas de lo pérfido, nos introduce en pasajes de exquisita truculencia, de placer malsano, de mórbidos deslizamientos. Esta obra está cuajada de aislamiento, macerada en el claustro de las propias divagaciones, de las propias dudas, de los propios miedos. La pincelada de Sara Hooper administra la avidez y el goce, y avanza, cual metástasis, devorando los días, seduciendo a la razón, cicatrizando el aullido.-
** Sensualidad de la flaccidez, fallidas promesas de plenitud. Los pliegues y contrapliegues se arremolinan como entidades fantasmáticas que asumen las formas lisas o torturadas de las sociedades y los individuos, incluidas las de la propia naturaleza. Retrato humano hecho de tensiones, de pulsaciones, de arrebatos de la memoria y el olvido.
** De técnica renacentista y aire japonés en la paleta, la pintura de Sara Hooper – siempre “sin título” – interpela a la contemporaneidad desde su solitaria “mismidad”. Nada parece apartarla de su designio estético, salvo la curiosa pregunta por el origen, por el tiempo, por la “insoportable levedad del ser”.-
** Hooper nos enfrenta a lo más temido, nos roza con las alas de lo pérfido, nos introduce en pasajes de exquisita truculencia, de placer malsano, de mórbidos deslizamientos. Esta obra está cuajada de aislamiento, macerada en el claustro de las propias divagaciones, de las propias dudas, de los propios miedos. La pincelada de Sara Hooper administra la avidez y el goce, y avanza, cual metástasis, devorando los días, seduciendo a la razón, cicatrizando el aullido.-
** Sensualidad de la flaccidez, fallidas promesas de plenitud. Los pliegues y contrapliegues se arremolinan como entidades fantasmáticas que asumen las formas lisas o torturadas de las sociedades y los individuos, incluidas las de la propia naturaleza. Retrato humano hecho de tensiones, de pulsaciones, de arrebatos de la memoria y el olvido.
ADRIANA ALMADA, Diciembre 2005. Texto a propósito de la exposición individual en la Manzana de la Rivera/Centro Cultural de la Ciudad – Asunción, Paraguay.
-
HOOPER, SARA
-
HOOPER, SARA
** La incapacidad de las ciencias humanas de entender el mundo de manera global es el punto de partida de Sara Hooper, artista anglo-argentina, afincada desde 1978 en Paraguay, que presenta por primera vez en España su obra.-
** En 1999 comienza una línea de investigación pictórica cuyo resultado será este proyecto sobre la mirada y la existencia fragmentaria del individuo. Su condición de observadora urbanita y el estudio del arte contemporáneo y emergente no sólo impregnarían su trayecto expresivo sino que la posicionarían técnicamente. Frente a la difusión de nuevas tecnologías de creación plástica, Sara Hooper propone un giro técnico donde un realismo ficticio se configurará a través de capas y capas de óleo para conseguir efectos que nos evocan el oficio pictórico del Barroco Holandés. Unirá este interés técnico a la temática de su obra, pues el oficio de la pintura supone el primer paso para que el Hombre intente desligarse de su origen animal.-
** Su temática parte del análisis zoomórfico para concluir moldeando cuerpos orgánicos irreales que interrogan al espectador desde sus cubículos. La gama cromática utilizada nos traslada su interés por derivar la trayectoria de la pintura occidental hacia conceptos orientales. La composición, el movimiento de estos fragmentos orgánicos, siempre dialogará y se realizará hacia el blanco, el “todo” del lienzo, mezclando la filosofía taoísta de fusión de la persona en la Naturaleza con el individualismo occidental. Sus organismos-incógnitas se enfrentan críticamente a la sociedad de masas y a sus medios de representación y comunicación. Parten de lo fragmentario -como la mirada fotográfica- para mostrarnos nuestra incapacidad de entender el mundo holísticamente.-
** Sus “objetos” orgánicos acaban, así, pareciéndose demasiado a lo humano, que intenta desarrollarse en espacios silentes y carentes de la visión o explicación última que nos completa, y que acaba siendo único, parte inaceptada, fragmento de un todo.-
** Sara Hooper es el último reducto de un tántrico misticismo.
ANTONIO LÓPEZ SANDOVAL, Noviembre 2006, Murcia, España. Texto a propósito de la Exposición Individual en Galería Fernando Guerao - Murcia, España.
** En 1999 comienza una línea de investigación pictórica cuyo resultado será este proyecto sobre la mirada y la existencia fragmentaria del individuo. Su condición de observadora urbanita y el estudio del arte contemporáneo y emergente no sólo impregnarían su trayecto expresivo sino que la posicionarían técnicamente. Frente a la difusión de nuevas tecnologías de creación plástica, Sara Hooper propone un giro técnico donde un realismo ficticio se configurará a través de capas y capas de óleo para conseguir efectos que nos evocan el oficio pictórico del Barroco Holandés. Unirá este interés técnico a la temática de su obra, pues el oficio de la pintura supone el primer paso para que el Hombre intente desligarse de su origen animal.-
** Su temática parte del análisis zoomórfico para concluir moldeando cuerpos orgánicos irreales que interrogan al espectador desde sus cubículos. La gama cromática utilizada nos traslada su interés por derivar la trayectoria de la pintura occidental hacia conceptos orientales. La composición, el movimiento de estos fragmentos orgánicos, siempre dialogará y se realizará hacia el blanco, el “todo” del lienzo, mezclando la filosofía taoísta de fusión de la persona en la Naturaleza con el individualismo occidental. Sus organismos-incógnitas se enfrentan críticamente a la sociedad de masas y a sus medios de representación y comunicación. Parten de lo fragmentario -como la mirada fotográfica- para mostrarnos nuestra incapacidad de entender el mundo holísticamente.-
** Sus “objetos” orgánicos acaban, así, pareciéndose demasiado a lo humano, que intenta desarrollarse en espacios silentes y carentes de la visión o explicación última que nos completa, y que acaba siendo único, parte inaceptada, fragmento de un todo.-
** Sara Hooper es el último reducto de un tántrico misticismo.
ANTONIO LÓPEZ SANDOVAL, Noviembre 2006, Murcia, España. Texto a propósito de la Exposición Individual en Galería Fernando Guerao - Murcia, España.
No hay comentarios:
Publicar un comentario