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miércoles, 9 de diciembre de 2009

CARLOS COLOMBINO - LA CONJURA - ACERCA DE LA OBRA DE CARLOS COLOMBINO ( 5 EXPOSICIONES ) CURATORÍA JUSTO PASTOR MELLADO

LA CONJURA
ACERCA DE LA OBRA DE
CARLOS COLOMBINO
5 EXPOSICIONES
CURATORÍA JUSTO PASTOR MELLADO
Centro Cultural de España Juan de Salazar
y Embajada de España en Paraguay,
Asunción-Paraguay, 2004
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LA CRÍTICA DE ARTE ABARCA:
· Serie PARAGUAY. Década de los 80, LAS SILLAS – Centro Cultural de España Juan de Salazar;
· ESCENOGRAFÍAS. Centro Cultural Citibank;
· “MÁQUINAS”, “OBJETOS PLEGABLES”, “RECORTES”. Textilia;
· EL TREN (LA RUA). Centro Cultural de la Ciudad;
· EL RECURSO DEL MÉTODO: REFLEXIONES SOBRE DURERO, LA PRÓXIMA CENA, LA DÉCADA DE LOS NOVENTA y LA DÉCADA DE LOS SESENTA. Centro de Artes Visuales / Museo del Barro. Fundación Migliorisi.
· Mural del altar mayor UN MOMENTO DESPUÉS DE LA RESURRECCIÓN. Catedral de Concepción. Ciudad de Concepción, Paraguay.
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LA MUESTRA: A partir de la construcción de una exposición intentaré formular una interpretación de la obra de Carlos Colombino. La palabra construcción resulta adecuada para señalar el carácter de mi propósito curatorial. Una muestra se edita desde la disponibilidad de un conjunto complejo de obras, pensando en cómo sortear el fantasma ordenador de la cronología, pero más que nada, imaginando el nuevo público posible para estas obras. Exposiciones de Carlos Colombino ha habido en número (nunca) suficiente. Desde la década de los 60's, los públicos en el Paraguay han experimentado desplazamientos significativos. Existe una diferencia estratégica -conceptual, afectiva, política- entre haber expuesto durante la dictadura de Stroessner y haberlo hecho en el curso de la paradójica reconstrucción de la democracia. Pero no sólo eso: la ubicuidad de Colombino en la producción historiográfica del Paraguay representa un problema de método, de énfasis, de densidad, con efectos inscriptivos complejos, tanto en lo que (corresponde al desarrollo y reconocimiento de su obra como a Lis empresas culturales que se desprenden de ella. Se necesitaría, entonces, una exposición específica y diferenciada, respecto de su arquitectura como de las instituciones que ha montado. No puede haber una sola muestra sobre estos tres niveles de productividad. Lo más exacto sería trabajar sobre la potencia edificatoria de Colombino a través de un gran proyecto editorial, porque ello obliga a tomar decisiones instituyentes en el plano del archivo. Siendo, Colombino, un artista cuya producción de subjetividad se asienta, se desarrolla, se concreta en el curso de una dinámica recolectora e instituyente.
** Mientras armamos esta exposición, Colombino dirige en el Centro de Artes Visuales/Museo del Barro, la producción e instalación de piezas maestras de los grabados de la guerra del Paraguay. Es decir, se ocupa de la construcción de un gabinete destinado a conservar y exhibir unos monumentos gráficos de tamaño reducido, pero de un gran poder de expansión simbólica. En este sentido, Colombino es un edificador de templos gráficos. ¿Acaso hacer arquitectura no es escribir en el espacio? El gabinete de Colombino es una especie de templo laico destinado a la razón de la historia, porque en la arqueología de su edificación el inconsciente del migrante está anclado en el "deseo de casa". No sólo por el lado de los Cabañas, cuyo solar fuera arrasado por la tiranía, y que Colombino reconstruye como un ciudadano que limpia su apellido, reparando los daños infringidos a la filiación; sino por el lado de su abuela francesa con la que le cabe en su infancia experimentar la necesidad de distinguir entre el sueño y la realidad.
** Para producir el concepto de esta exposición, hube de releer Yo, el supremo, de Augusto Roa Bastos. Era una exigencia metodológica que me permitía dimensionar el ensayo introductorio del libro Carlos Colombino, editado en Asunción en 1990. En ese texto hay palabras que recupero con el objeto de asentar las bases de la muestra: crisis, fractura y extinción. En este triángulo, las artes plásticas en el Paraguay han "representado siempre una avanzada y un puente". Es decir, una anticipación en la prefiguración de la amenaza; una continuidad en la reconstrucción del pasado, como terreno de sobrevivencia identitaria. Cabichuí se me plantea, entonces, como el "inconsciente de la muestra", justamente, porque exige reconstruir el efecto simbólico de las primeras fracturas de una vida colectiva.
** Por eso, una palabra empleada por Roa Bastos, como es la palabra extinción, me hiere metodológicamente, obligándome a ejecutar un forzamiento conceptual que pueda poner en es-cena la interdicción entre lo visto y lo sabido en la historia particular de la Obra Colombino.
Aquí, lo que me moviliza frente a su obra, es que no sólo anticipa y reconstruye, sino que hilvana el doble proceso del corte y de la sutura, poniendo en función una tecnología corporal indicativa que depende de la pulsión del contorno -como la alfarera de Corinto-, afectando la base misma de su figuralidad, que es el impensado al que se accede cruzando el umbral de su figuración.
** Para los efectos de la construcción de la muestra, retengo en la obra de Colombino la relación directa con reconstrucciones literarias y campañas de recolección de objetos que tendrán dos efectos específicos; por un lado, a nivel de una producción literaria propiamente tal, y por otra parte, a nivel de una re-construcción identitaria nacional que puede ser verificada en el terreno de la iconografía, de la restauración arquitectónica y del diseño vernacular. Esto es lo que dará pie para hablar de una Institución Colombino.
** La muestra que he proyectado trabaja sobre el sustrato existente entre la obra, su discurso de posteridad y las extensiones institucionales. De este modo, el guión se despliega sobre una trama (le lugares que han sido pensados para establecer relaciones visibles y no menos problematizantes entre historia, novela y pintura.
** Se diversifica en varios puntos claves de la ciudad de Asunción: el Centro Cultural Juan de Salazar, el Museo del Barro, la Fundación Migliorisi, etc.

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