COLECCIÓN PRIVADA
(Enlace a datos biográficos y obras
en la GALERÍA DE ARTES del
www.portalguarani.com )
© ADRIANA ALMADA
Editado con el apoyo del FONDEC,
© ADRIANA ALMADA
Editado con el apoyo del FONDEC,
**/**
PRESENTACIÓN
ES DIFÍCIL clasificar un libro de la complejidad de Colección Privada, el título que presenta ahora Adriana Almada. Y lo es porque este texto, de por sí complejo en sus temas y en su arquitectura misma, involucra discursos plurales y pone en juego distintas estrategias: parte del lenguaje periodístico, trabaja decididamente la reflexión crítica y se encuentra animado, a lo largo de su discurrir, de una precisa intención literaria. Un cometido poético cuyos decires intensos, oscuros a veces, interfieren el derrotero de la imagen y la empujan a revelar, fugazmente, otros costados suyos.
** Creo que esta misma dificultad constituye un primer mérito de este libro, cuyos contenidos densos no se ofrecen sin resistencia. La escritura de Adriana es clara, tranquila casi siempre, cercana a la transparencia en algún momento. Pero el fluir sosegado de su prosa no exime a la palabra de inquietudes ni la dispensa de sombras. Ni despliega sus dobleces: el silencio, el que rodea el último verbo o su falta, está cautelado siempre.
** Este libro contiene escritos oriundos de lugares diversos de redacción (el periodismo, la crítica de arte, la presentación de catálogos) y apela a géneros diferentes (el comentario, la entrevista, la interpretación, la glosa, la relectura de la obra en clave poética). La autora presenta sus textos como fragmentos que aspiran a la verdad esquiva de un conjunto posible. Empujado por momentos múltiples que buscan la coincidencia, animado por latidos, punzantes a veces, que crean un ritmo de encuentros, tensiones y pausas, el libro adquiere una compleja unidad por encima o por detrás de los segmentos que lo integran. El intento de levantar un panorama a partir de tramos, vestigios y trozos, constituye un expediente valioso de la teoría del arte contemporáneo: ayuda a imaginar diagramas abiertos, totalidades azarosas, no clausuradas, y posibilita el trazado de mapas capaces de orientar rumbos cíe lectura, de trazar esbozos sugerentes. Más no puede hacer la crítica de arte que proponer una perspectiva sesgada desde la cual considerar el oscuro objeto que le desvela. Una perspectiva entre muchas otras.
** El panorama que levanta -delicada, vigorosamente- este libro también pretende ser uno entre otros posibles: no busca devenir antología, archivo o compendio; índice que dé cuenta de la producción contemporánea del país o, mucho menos, listado exhaustivo de sus artistas. El panorama que delinea -elegante, intensamente- Adriana instala un paisaje propio e hilvana un nuevo esquema de confrontación de obras y de nombres capaz de habilitar otros accesos de lectura; capaz de insinuar la contingencia de toda cartografía perfilarla con las huellas efímeras que dejan las formas.
** Pero cualquier mapeo requiere referencias, hitos desde los cuales hilar, levemente, los contornos de una superficie operable. Adriana bosqueja una escena, propone un lugar situado en una historia, en un contexto. El primer jalón que instala: la obra de una artista popular, Rosa Brítez. La ceramista no sólo indica el modelo paradigmático de la creación (la figura lacaniana de quien produce a partir de la nada: la que modela la vasija en torno a la ausencia primera); significa además el reconocimiento del otro en los ámbitos de la creación artística del Paraguay, conformada por intrincadas matrices de significación que no se limitan, ciertamente, a la producción ilustrada. Por eso, otros artistas populares, como Prisciliano Candia, e indígenas, como Ogwa, también aparecen en la galería de nombres que presenta Adriana. Pero lo hacen con naturalidad, codo a codo con los otros nombres reconocidos o nuevos que exponen o han expuesto en Asunción: con los de figuras destacadas o los de jóvenes emergentes cuyos esfuerzos mezclados trazan, de hecho, el cuadro promiscuo de la creación contemporánea.
** La operación de levantar fronteras también afecta otros lindes que desmarcan antiguas heredades en los terrenos del arte: los que separan la teoría y la producción de obra, por un lado y, por otro, los que distancian los nuevos medios expresivos de las modalidades estéticas tradicionales. Por eso, estos textos, denominados "crítico-poéticos" por la misma autora, transitan sin cambiar de registro los ámbitos ocupados por la creación y el pensamiento crítico (trabajos sobre artistas, reportaje a críticos de arte) e involucran diversos sistemas técnicos y materiales de producción: la fotografía (ensayística o documental, conceptual, "artística"}, las propuestas objetuales, la pintura y la escultura, las instalaciones e intervenciones y los poemas visuales. Estos cruces trazan puntos subterráneos de tensión que intensifican y espesan la escritura y traman un texto anguloso y estriado: una superficie plegada en torno a líneas sutiles de inflexión; breves zonas de turbulencia que entrecortan la palabra e insinúan pausas, entrelíneas e intervalos.
** Pero la sola pluralidad de los ámbitos involucrados en este quehacer no basta para producir esta textura compleja. Se precisa aún el peso de los contenidos y la faena de la escritura. A lo largo de los artículos que integran este libro, la autora convoca las grandes cuestiones que desvelan al arte de hoy: el tema de las identidades, el de lo público y lo cotidiano, las figuras del erotismo, los problemas sociales, la obsesión ante lo que empieza después de la última forma. Estos contenidos no sólo resultan expuestos o supuestos; son tratados desde los expedientes de una escritura que acompaña a la imagen en su aventura de internarse más allá de lo que puede ser dicho o mostrado. Interpretar la obra no es suficiente: para que ella pueda ser abordada requiere el hacer de otra obra que la interpele y desafíe, que complique su discurrir intrincado. Traducir una imagen, aclarar su sentido, resulta imposible. Sólo cabe el recurso de reforzar sus silencios desmintiéndolos con el rumor insistente de la palabra.
TICIO ESCOBAR - Asunción, diciembre 2005
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MEA CULPA / APUNTES PARA UNA INTRODUCCIÓN
¿QUÉ ES UNA COLECCIÓN sino una selección arbitraria y/o azarosa? Una antología es siempre un ejercicio arriesgado, una construcción con materiales disímiles, siempre amenazada por posibles fracturas. Sin embargo, ésta no es una antología en el sentido riguroso que se aplica normalmente al término. Prefiero adscribirme a su etimología: "colección de flores" (del griego: anthos, flor/ logos, tratado). En este sentido, esta "colección" recoge discursos articulados desde el fragmento, desde miradas encontradas, desde tiempos diferentes.
** Confieso que dudé mucho antes de decidirme a publicar estos textos. En algunos casos he debido proceder casi como a una exhumación. Dadas las características del volumen, nutrido desde varias vertientes, hay que decir que veinte años es un lapso muy prolongado como para pretender un corpus homogéneo. Sin embargo, este libro es -para mí- un gesto obligado, una recuperación provisional de la memoria, un recuento signado por la "falta" y la "promiscuidad", como bien señala Ticio Escobar. De aquí la necesidad, personal, de un ¿mea culpa? No precisamente. Pero, sí, debo aclarar que en dos décadas he escrito mucho y sin sistema. Reunidos, estos fragmentos autónomos -valga la paradoja- evidencian, en su interlocución, las señales de un proceso que corre por vías inesperadas, de espaldas a cualquier posible vocación de totalidad.
** Me pregunté muchas veces por la utilidad de esta compilación (que convoca a los espectros y devuelve, en forma oblicua, imágenes ya extinguidas). Y advertí que su atractivo radicaba, justamente, en su compaginación no deliberada. Sujetos a un mínimo ordenamiento, estos textos -breves o extensos- operan con la lógica imprevisible del viaje. Lejos de la preceptiva y del análisis, ajena a toda intención "representativa", esta colección podría ser leída, simplemente, como "apuntes de viaje". Un viaje a veces marginal, otras muy turístico. Un recorrido que, por momentos, elude las catedrales y se demora en las piedras del camino.
** Éste ha sido mi viaje por experiencias ciertamente recortadas, por escenas presentidas o entrevistas fugazmente. Con múltiples entradas, esta compilación, cuyo eje es la palabra, se afirma en el oficio sostenido de la comunicación. Frente a la obra, frente al discurrir de los procesos artísticos, frente a las construcciones individuales y colectivas de lo simbólico, sólo sentí que me quedaba la palabra, cuando no el balbuceo. Abierta a nuevas comprensiones, la médula de todo mi trabajo ha sido, siempre, el encuentro con el Otro.
** Ejercitada primero desde la prensa y luego desde los espacios institucionales del arte, esta escritura exhibe las huellas de lo capturado y procesado con urgencia. Hoy, un nuevo soporte, un nuevo escenario y un nuevo tiempo ponen esta palabra a prueba, confrontándola con las inquietudes y cavilaciones contemporáneas.
** Desde afuera o desde adentro, estos textos remiten al clima de los 80, así como a las agitaciones e inquietudes de los 90 y las propuestas posteriores. En el cruce de artistas, críticos y curadores que traza este libro, es posible vislumbrar los rasgos de una época, sus tensiones, las sinuosidades de sus trayectos. También es posible visualizar líneas truncadas o suspendidas, caminos hoy interrumpidos que otrora fueran avenidas abiertas. Cuando llegué al Paraguay, a mitad de los 80, acababa de realizarse la edición del Premio Benson & Hedges, estaba construyéndose el Museo de Arte Contemporáneo en Isla de Francia, el Museo del Barro funcionaba en una casita vieja de la calle Mariscal Estigarribia, Ysanne Gayet tenía un local de arte indígena y popular en San Lorenzo. Junto a los centros culturales (Juan de Salazar, Paraguayo Americano, Paraguayo Alemán y Centro de Estudios Brasileiros), que tenían espacios para exposiciones, desarrollaban intensa actividad las galerías Artesanos, Fábrica, Sepia, Magíster, Propuestas y Caminos, entre otras. Se integraron pronto al panorama Pequeña Galería, Miró, Michèle Malingue, Renovarte, Belmarco y Fotosíntesis, dedicada específicamente a la fotografía. Cada año se realizaba la Feria del Bosque de los Artistas y la temporada de verano de San Bernardino incluía en su agenda numerosas muestras.
** Tras el golpe militar de 1989 el techo de vidrio de la dictadura acabó de romperse, no sin dejar esquirlas. En los 90 sobrevinieron intereses de índole plural: un sesgo experimental y crítico caracterizó las investigaciones del grupo El Aleph y las propuestas de Lamarca; la exploración de lenguajes no tradicionales derivó en la práctica (a veces excesiva) de la instalación y el vídeo arte; las performances (de espíritu muy diferente al espontaneísmo de los 60) se hicieron frecuentes, al tiempo que los estudios regulares de arte adquirían status académico con la apertura del Instituto Superior de Arte de la Universidad Nacional de Asunción.
** A comienzos de los 90 nacía el Centro Cultural de la Ciudad (que hoy funciona en la Manzana de la Rivera) y prosperaba una serie de iniciativas privadas destinadas a promover el arte contemporáneo. Entre ellas, la Bienal Martel de Artes Visuales, que alcanzó tres ediciones; el Salón Nacional de Arte joven del Diario La Nación (cuya quinta edición se celebró recientemente); el Premio Matisse, todavía vigente, impulsado por la Embajada de Francia y Gente de Arte, asociación que congrega artistas, críticos, galeristas y gestores culturales bajo el rótulo común de "trabajadores del arte".
** La última década del siglo 90 vio también emerger, en el seno del Estado, una nueva institucionalidad: se creó el Viceministerio de Cultura y posteriormente, como parte de su estructura, el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDEC). La aparición de estas nuevas instancias de gestión animó a los artistas e intelectuales a encarar nuevos proyectos, al tiempo que se manifestaba, cada vez con mayor fuerza, la necesidad del registro y la documentación.
** En este contexto surgieron otras articulaciones, vinculadas a instituciones internacionales: el seminario Identidades en Tránsito, proyecto interdisciplinario patrocinado por la Fundación Rockefeller y desarrollado por el Centro de Artes Visuales/Museo del Barro y el Seminario de Crítica Cultural, surgido años después bajo el mismo patrocinio. Paralelamente nacía Faro para las Artes, asociación de promoción del arte contemporáneo, sostenida en principio por un programa de la Fundación AVINA. En los últimos años se inauguró el Centro Cultural de la República, así como otros espacios gerenciados desde la empresa privada y las representaciones diplomáticas.
** Sobre este último tramo, justamente, da cuenta la tercera parte de este libro. Titulada EN TORNO A LA CRÍTICA, ella acerca el pensamiento de críticos y curadores convocados para debatir en Asunción sobre el curso de las prácticas contemporáneas.
** En el caso particular de los diálogos que integran la segunda parte de este volumen, bajo el título PALABRA DE ARTISTA, he querido recuperar el tiempo encapsulado de las conversaciones y sus vestigios, para entregarlo en forma diferida. Creo que este diferimiento enriquece, aporta nuevas lecturas, permite el cotejo e ilumina rincones oscurecidos, rincones que alguna vez fueron seductores y hoy ni siquiera son visitados como curiosidad de museo.
** Finalmente, la primera parte de esta compilación, llamada precisamente COLECCIÓN PRIVADA, reúne textos de distintas épocas y procedencias, fruto de mi aproximación personal a la(s) obra(s).
** La estructura horizontal de la publicación, concebida como un itinerario -vuelvo a decir- azaroso, permite un acercamiento eventual a las artes visuales, de modo que cada lector ensaye su propia composición: algo así como un "modelo para armar". Esta cáscara flexible permite pasar de la carne viva del artista al macerado ejercicio del crítico. Por otra parte, ciertas referencias laterales pueden dar origen a nuevas líneas de indagación sobre actitudes y estrategias inscriptivas.
** ¿Por qué la presencia de figuras extranjeras en este volumen dedicado a las artes visuales en Paraguay? Porque, de diferentes maneras y obedeciendo a circunstancias particulares, su paso por el país ha sido significativa, ya sea disparando procesos creativos de importancia o bien promoviendo actividades de intercambio y diálogo. Y también -¿por qué no decirlo?- por el placer de recordar lo compartido con figuras emblemáticas y cuestionadas. Salvo una, todas las entrevistas tuvieron lugar en Asunción.
** Finalmente, baste decir que con esta publicación reafirmo mi convicción sobre la función relevante de la prensa escrita en la construcción de la narrativa cultural de un país y que reivindico, como lo hacía Herbert Read, su papel como facilitadora de nuevos accesos, como gestora de una nueva comprensión y como vehículo de acercamiento entre los públicos y un conjunto de obras cada vez más complejas.
** Hoy ya no sabemos, a ciencia cierta, qué es y qué no es arte. Todo puede serlo, y no. Es un juego sin reglas, abierto, en el que cada subjetividad se manifiesta desde lo probable, desde lo acontecido o por acontecer. Nada es verdadero más que para quien necesita esa verdad, siempre provisional. Nada es superfluo, nada es inútil. Y todo, a la vez, lo es. En la extrema paradoja que vivimos, a tientas, a corazón abierto, exploramos el mundo al que hemos sido arrojados por el gran naufragio. Las grandes certezas se fueron con las olas, quizás al fondo infernal del agua donde, alguna vez quizás, algún temerario las redescubra, las haga emerger, las ponga en escena nuevamente.
ADRIANA ALMADA - Asunción, LA CASA DE LOS OCHO, diciembre 2005
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PRESENTACIÓN
ES DIFÍCIL clasificar un libro de la complejidad de Colección Privada, el título que presenta ahora Adriana Almada. Y lo es porque este texto, de por sí complejo en sus temas y en su arquitectura misma, involucra discursos plurales y pone en juego distintas estrategias: parte del lenguaje periodístico, trabaja decididamente la reflexión crítica y se encuentra animado, a lo largo de su discurrir, de una precisa intención literaria. Un cometido poético cuyos decires intensos, oscuros a veces, interfieren el derrotero de la imagen y la empujan a revelar, fugazmente, otros costados suyos.
** Creo que esta misma dificultad constituye un primer mérito de este libro, cuyos contenidos densos no se ofrecen sin resistencia. La escritura de Adriana es clara, tranquila casi siempre, cercana a la transparencia en algún momento. Pero el fluir sosegado de su prosa no exime a la palabra de inquietudes ni la dispensa de sombras. Ni despliega sus dobleces: el silencio, el que rodea el último verbo o su falta, está cautelado siempre.
** Este libro contiene escritos oriundos de lugares diversos de redacción (el periodismo, la crítica de arte, la presentación de catálogos) y apela a géneros diferentes (el comentario, la entrevista, la interpretación, la glosa, la relectura de la obra en clave poética). La autora presenta sus textos como fragmentos que aspiran a la verdad esquiva de un conjunto posible. Empujado por momentos múltiples que buscan la coincidencia, animado por latidos, punzantes a veces, que crean un ritmo de encuentros, tensiones y pausas, el libro adquiere una compleja unidad por encima o por detrás de los segmentos que lo integran. El intento de levantar un panorama a partir de tramos, vestigios y trozos, constituye un expediente valioso de la teoría del arte contemporáneo: ayuda a imaginar diagramas abiertos, totalidades azarosas, no clausuradas, y posibilita el trazado de mapas capaces de orientar rumbos cíe lectura, de trazar esbozos sugerentes. Más no puede hacer la crítica de arte que proponer una perspectiva sesgada desde la cual considerar el oscuro objeto que le desvela. Una perspectiva entre muchas otras.
** El panorama que levanta -delicada, vigorosamente- este libro también pretende ser uno entre otros posibles: no busca devenir antología, archivo o compendio; índice que dé cuenta de la producción contemporánea del país o, mucho menos, listado exhaustivo de sus artistas. El panorama que delinea -elegante, intensamente- Adriana instala un paisaje propio e hilvana un nuevo esquema de confrontación de obras y de nombres capaz de habilitar otros accesos de lectura; capaz de insinuar la contingencia de toda cartografía perfilarla con las huellas efímeras que dejan las formas.
** Pero cualquier mapeo requiere referencias, hitos desde los cuales hilar, levemente, los contornos de una superficie operable. Adriana bosqueja una escena, propone un lugar situado en una historia, en un contexto. El primer jalón que instala: la obra de una artista popular, Rosa Brítez. La ceramista no sólo indica el modelo paradigmático de la creación (la figura lacaniana de quien produce a partir de la nada: la que modela la vasija en torno a la ausencia primera); significa además el reconocimiento del otro en los ámbitos de la creación artística del Paraguay, conformada por intrincadas matrices de significación que no se limitan, ciertamente, a la producción ilustrada. Por eso, otros artistas populares, como Prisciliano Candia, e indígenas, como Ogwa, también aparecen en la galería de nombres que presenta Adriana. Pero lo hacen con naturalidad, codo a codo con los otros nombres reconocidos o nuevos que exponen o han expuesto en Asunción: con los de figuras destacadas o los de jóvenes emergentes cuyos esfuerzos mezclados trazan, de hecho, el cuadro promiscuo de la creación contemporánea.
** La operación de levantar fronteras también afecta otros lindes que desmarcan antiguas heredades en los terrenos del arte: los que separan la teoría y la producción de obra, por un lado y, por otro, los que distancian los nuevos medios expresivos de las modalidades estéticas tradicionales. Por eso, estos textos, denominados "crítico-poéticos" por la misma autora, transitan sin cambiar de registro los ámbitos ocupados por la creación y el pensamiento crítico (trabajos sobre artistas, reportaje a críticos de arte) e involucran diversos sistemas técnicos y materiales de producción: la fotografía (ensayística o documental, conceptual, "artística"}, las propuestas objetuales, la pintura y la escultura, las instalaciones e intervenciones y los poemas visuales. Estos cruces trazan puntos subterráneos de tensión que intensifican y espesan la escritura y traman un texto anguloso y estriado: una superficie plegada en torno a líneas sutiles de inflexión; breves zonas de turbulencia que entrecortan la palabra e insinúan pausas, entrelíneas e intervalos.
** Pero la sola pluralidad de los ámbitos involucrados en este quehacer no basta para producir esta textura compleja. Se precisa aún el peso de los contenidos y la faena de la escritura. A lo largo de los artículos que integran este libro, la autora convoca las grandes cuestiones que desvelan al arte de hoy: el tema de las identidades, el de lo público y lo cotidiano, las figuras del erotismo, los problemas sociales, la obsesión ante lo que empieza después de la última forma. Estos contenidos no sólo resultan expuestos o supuestos; son tratados desde los expedientes de una escritura que acompaña a la imagen en su aventura de internarse más allá de lo que puede ser dicho o mostrado. Interpretar la obra no es suficiente: para que ella pueda ser abordada requiere el hacer de otra obra que la interpele y desafíe, que complique su discurrir intrincado. Traducir una imagen, aclarar su sentido, resulta imposible. Sólo cabe el recurso de reforzar sus silencios desmintiéndolos con el rumor insistente de la palabra.
TICIO ESCOBAR - Asunción, diciembre 2005
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MEA CULPA / APUNTES PARA UNA INTRODUCCIÓN
¿QUÉ ES UNA COLECCIÓN sino una selección arbitraria y/o azarosa? Una antología es siempre un ejercicio arriesgado, una construcción con materiales disímiles, siempre amenazada por posibles fracturas. Sin embargo, ésta no es una antología en el sentido riguroso que se aplica normalmente al término. Prefiero adscribirme a su etimología: "colección de flores" (del griego: anthos, flor/ logos, tratado). En este sentido, esta "colección" recoge discursos articulados desde el fragmento, desde miradas encontradas, desde tiempos diferentes.
** Confieso que dudé mucho antes de decidirme a publicar estos textos. En algunos casos he debido proceder casi como a una exhumación. Dadas las características del volumen, nutrido desde varias vertientes, hay que decir que veinte años es un lapso muy prolongado como para pretender un corpus homogéneo. Sin embargo, este libro es -para mí- un gesto obligado, una recuperación provisional de la memoria, un recuento signado por la "falta" y la "promiscuidad", como bien señala Ticio Escobar. De aquí la necesidad, personal, de un ¿mea culpa? No precisamente. Pero, sí, debo aclarar que en dos décadas he escrito mucho y sin sistema. Reunidos, estos fragmentos autónomos -valga la paradoja- evidencian, en su interlocución, las señales de un proceso que corre por vías inesperadas, de espaldas a cualquier posible vocación de totalidad.
** Me pregunté muchas veces por la utilidad de esta compilación (que convoca a los espectros y devuelve, en forma oblicua, imágenes ya extinguidas). Y advertí que su atractivo radicaba, justamente, en su compaginación no deliberada. Sujetos a un mínimo ordenamiento, estos textos -breves o extensos- operan con la lógica imprevisible del viaje. Lejos de la preceptiva y del análisis, ajena a toda intención "representativa", esta colección podría ser leída, simplemente, como "apuntes de viaje". Un viaje a veces marginal, otras muy turístico. Un recorrido que, por momentos, elude las catedrales y se demora en las piedras del camino.
** Éste ha sido mi viaje por experiencias ciertamente recortadas, por escenas presentidas o entrevistas fugazmente. Con múltiples entradas, esta compilación, cuyo eje es la palabra, se afirma en el oficio sostenido de la comunicación. Frente a la obra, frente al discurrir de los procesos artísticos, frente a las construcciones individuales y colectivas de lo simbólico, sólo sentí que me quedaba la palabra, cuando no el balbuceo. Abierta a nuevas comprensiones, la médula de todo mi trabajo ha sido, siempre, el encuentro con el Otro.
** Ejercitada primero desde la prensa y luego desde los espacios institucionales del arte, esta escritura exhibe las huellas de lo capturado y procesado con urgencia. Hoy, un nuevo soporte, un nuevo escenario y un nuevo tiempo ponen esta palabra a prueba, confrontándola con las inquietudes y cavilaciones contemporáneas.
** Desde afuera o desde adentro, estos textos remiten al clima de los 80, así como a las agitaciones e inquietudes de los 90 y las propuestas posteriores. En el cruce de artistas, críticos y curadores que traza este libro, es posible vislumbrar los rasgos de una época, sus tensiones, las sinuosidades de sus trayectos. También es posible visualizar líneas truncadas o suspendidas, caminos hoy interrumpidos que otrora fueran avenidas abiertas. Cuando llegué al Paraguay, a mitad de los 80, acababa de realizarse la edición del Premio Benson & Hedges, estaba construyéndose el Museo de Arte Contemporáneo en Isla de Francia, el Museo del Barro funcionaba en una casita vieja de la calle Mariscal Estigarribia, Ysanne Gayet tenía un local de arte indígena y popular en San Lorenzo. Junto a los centros culturales (Juan de Salazar, Paraguayo Americano, Paraguayo Alemán y Centro de Estudios Brasileiros), que tenían espacios para exposiciones, desarrollaban intensa actividad las galerías Artesanos, Fábrica, Sepia, Magíster, Propuestas y Caminos, entre otras. Se integraron pronto al panorama Pequeña Galería, Miró, Michèle Malingue, Renovarte, Belmarco y Fotosíntesis, dedicada específicamente a la fotografía. Cada año se realizaba la Feria del Bosque de los Artistas y la temporada de verano de San Bernardino incluía en su agenda numerosas muestras.
** Tras el golpe militar de 1989 el techo de vidrio de la dictadura acabó de romperse, no sin dejar esquirlas. En los 90 sobrevinieron intereses de índole plural: un sesgo experimental y crítico caracterizó las investigaciones del grupo El Aleph y las propuestas de Lamarca; la exploración de lenguajes no tradicionales derivó en la práctica (a veces excesiva) de la instalación y el vídeo arte; las performances (de espíritu muy diferente al espontaneísmo de los 60) se hicieron frecuentes, al tiempo que los estudios regulares de arte adquirían status académico con la apertura del Instituto Superior de Arte de la Universidad Nacional de Asunción.
** A comienzos de los 90 nacía el Centro Cultural de la Ciudad (que hoy funciona en la Manzana de la Rivera) y prosperaba una serie de iniciativas privadas destinadas a promover el arte contemporáneo. Entre ellas, la Bienal Martel de Artes Visuales, que alcanzó tres ediciones; el Salón Nacional de Arte joven del Diario La Nación (cuya quinta edición se celebró recientemente); el Premio Matisse, todavía vigente, impulsado por la Embajada de Francia y Gente de Arte, asociación que congrega artistas, críticos, galeristas y gestores culturales bajo el rótulo común de "trabajadores del arte".
** La última década del siglo 90 vio también emerger, en el seno del Estado, una nueva institucionalidad: se creó el Viceministerio de Cultura y posteriormente, como parte de su estructura, el Fondo Nacional de la Cultura y las Artes (FONDEC). La aparición de estas nuevas instancias de gestión animó a los artistas e intelectuales a encarar nuevos proyectos, al tiempo que se manifestaba, cada vez con mayor fuerza, la necesidad del registro y la documentación.
** En este contexto surgieron otras articulaciones, vinculadas a instituciones internacionales: el seminario Identidades en Tránsito, proyecto interdisciplinario patrocinado por la Fundación Rockefeller y desarrollado por el Centro de Artes Visuales/Museo del Barro y el Seminario de Crítica Cultural, surgido años después bajo el mismo patrocinio. Paralelamente nacía Faro para las Artes, asociación de promoción del arte contemporáneo, sostenida en principio por un programa de la Fundación AVINA. En los últimos años se inauguró el Centro Cultural de la República, así como otros espacios gerenciados desde la empresa privada y las representaciones diplomáticas.
** Sobre este último tramo, justamente, da cuenta la tercera parte de este libro. Titulada EN TORNO A LA CRÍTICA, ella acerca el pensamiento de críticos y curadores convocados para debatir en Asunción sobre el curso de las prácticas contemporáneas.
** En el caso particular de los diálogos que integran la segunda parte de este volumen, bajo el título PALABRA DE ARTISTA, he querido recuperar el tiempo encapsulado de las conversaciones y sus vestigios, para entregarlo en forma diferida. Creo que este diferimiento enriquece, aporta nuevas lecturas, permite el cotejo e ilumina rincones oscurecidos, rincones que alguna vez fueron seductores y hoy ni siquiera son visitados como curiosidad de museo.
** Finalmente, la primera parte de esta compilación, llamada precisamente COLECCIÓN PRIVADA, reúne textos de distintas épocas y procedencias, fruto de mi aproximación personal a la(s) obra(s).
** La estructura horizontal de la publicación, concebida como un itinerario -vuelvo a decir- azaroso, permite un acercamiento eventual a las artes visuales, de modo que cada lector ensaye su propia composición: algo así como un "modelo para armar". Esta cáscara flexible permite pasar de la carne viva del artista al macerado ejercicio del crítico. Por otra parte, ciertas referencias laterales pueden dar origen a nuevas líneas de indagación sobre actitudes y estrategias inscriptivas.
** ¿Por qué la presencia de figuras extranjeras en este volumen dedicado a las artes visuales en Paraguay? Porque, de diferentes maneras y obedeciendo a circunstancias particulares, su paso por el país ha sido significativa, ya sea disparando procesos creativos de importancia o bien promoviendo actividades de intercambio y diálogo. Y también -¿por qué no decirlo?- por el placer de recordar lo compartido con figuras emblemáticas y cuestionadas. Salvo una, todas las entrevistas tuvieron lugar en Asunción.
** Finalmente, baste decir que con esta publicación reafirmo mi convicción sobre la función relevante de la prensa escrita en la construcción de la narrativa cultural de un país y que reivindico, como lo hacía Herbert Read, su papel como facilitadora de nuevos accesos, como gestora de una nueva comprensión y como vehículo de acercamiento entre los públicos y un conjunto de obras cada vez más complejas.
** Hoy ya no sabemos, a ciencia cierta, qué es y qué no es arte. Todo puede serlo, y no. Es un juego sin reglas, abierto, en el que cada subjetividad se manifiesta desde lo probable, desde lo acontecido o por acontecer. Nada es verdadero más que para quien necesita esa verdad, siempre provisional. Nada es superfluo, nada es inútil. Y todo, a la vez, lo es. En la extrema paradoja que vivimos, a tientas, a corazón abierto, exploramos el mundo al que hemos sido arrojados por el gran naufragio. Las grandes certezas se fueron con las olas, quizás al fondo infernal del agua donde, alguna vez quizás, algún temerario las redescubra, las haga emerger, las ponga en escena nuevamente.
ADRIANA ALMADA - Asunción, LA CASA DE LOS OCHO, diciembre 2005
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POSTScript
Las imágenes referenciales que acompañan los textos no aspiran al status de documento. Simplemente actúan como evocadoras de sentido, a fin de linkear palabra y obra. Asimismo, las brevísimas reseñas biográficas sólo apuntan a contextualizar cronológicamente obras y autores.
Las imágenes referenciales que acompañan los textos no aspiran al status de documento. Simplemente actúan como evocadoras de sentido, a fin de linkear palabra y obra. Asimismo, las brevísimas reseñas biográficas sólo apuntan a contextualizar cronológicamente obras y autores.
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CONTENIDO
Presentación / Ticio Escobar
Mea culpa. Apuntes para una introducción / Adriana Almada
COLECCION PRIVADA
· El brosero en la cerámica de Rosa Brítez
· Osvaldo Salerno / entre círculos, encuentros y contrapartidas
· William Riquelme / a partir de un discurso impronunciable
· Michael Burt / el espacio y el silencio
· Carlo Spatuzza / los efluvios de la materia
· Gustavo Benítez / poemas visuales
· Jorge Ocampos / sobre el fuego
· Marcos Benítez / la realidad sugerida
· Adriana González Brun / más allá del infortunio
· Claudia Casarino / ¿identidad? el desafío primero y último
· Ogwa / Núñez Soler / Collar / la quimera de la identidad
· Karina Yaluk / juguetes filosóficos
· Lucy Yegros / ava ñe’é, el idioma original
· Edith Jiménez / entre lo tácito y lo manifiesto
· Bettina Brizuela / crisálida urbana
· Fredi Casco / el placer burlado
· Carlos Bittar /contrapunto
· Paola Parcerisa / huguypa (sangró todo)
· Fernando Amengual / la imprevisible memoria
· Marité Zaldívar / por favor usar, por favor tocar
· Los Novísimos / años de revuelta
· Sara Hooper / sin título
· Sara Leoz / póngase cómodo
· Francisco Toledo / o la marca inalterable
· Juan Britos / oriente – occidente
· Enrique Careaga / cartografía personal
· Ángel Yegros / inframundo y una estancia en los bordes
· Marta Vargas Peña / evidencias de lo invisible
.
CONTENIDO
Presentación / Ticio Escobar
Mea culpa. Apuntes para una introducción / Adriana Almada
COLECCION PRIVADA
· El brosero en la cerámica de Rosa Brítez
· Osvaldo Salerno / entre círculos, encuentros y contrapartidas
· William Riquelme / a partir de un discurso impronunciable
· Michael Burt / el espacio y el silencio
· Carlo Spatuzza / los efluvios de la materia
· Gustavo Benítez / poemas visuales
· Jorge Ocampos / sobre el fuego
· Marcos Benítez / la realidad sugerida
· Adriana González Brun / más allá del infortunio
· Claudia Casarino / ¿identidad? el desafío primero y último
· Ogwa / Núñez Soler / Collar / la quimera de la identidad
· Karina Yaluk / juguetes filosóficos
· Lucy Yegros / ava ñe’é, el idioma original
· Edith Jiménez / entre lo tácito y lo manifiesto
· Bettina Brizuela / crisálida urbana
· Fredi Casco / el placer burlado
· Carlos Bittar /contrapunto
· Paola Parcerisa / huguypa (sangró todo)
· Fernando Amengual / la imprevisible memoria
· Marité Zaldívar / por favor usar, por favor tocar
· Los Novísimos / años de revuelta
· Sara Hooper / sin título
· Sara Leoz / póngase cómodo
· Francisco Toledo / o la marca inalterable
· Juan Britos / oriente – occidente
· Enrique Careaga / cartografía personal
· Ángel Yegros / inframundo y una estancia en los bordes
· Marta Vargas Peña / evidencias de lo invisible
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PALABRA DE ARTISTA
· Hermann Guggiari / entre el cielo y la tierra
· Jorge Páez Vilaró / la vida es un happening permanente
· Oswaldo Guayasamín / el mundo que me ha tocado vivir
· Olga Blinder / lo mismo, pero diferente
· José Luis Cuevas /obsesiones de investigador
· Sebastián / ecos de una visita memorable
· León Ferrari o la cruzada contra la estupidez
.
· Hermann Guggiari / entre el cielo y la tierra
· Jorge Páez Vilaró / la vida es un happening permanente
· Oswaldo Guayasamín / el mundo que me ha tocado vivir
· Olga Blinder / lo mismo, pero diferente
· José Luis Cuevas /obsesiones de investigador
· Sebastián / ecos de una visita memorable
· León Ferrari o la cruzada contra la estupidez
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EN TORNO A LA CRÍTICA
· Federico Morais / el arte y la política
· Heinz Peter Schwerfel / el arte hecho cine
· Norbert Duffort / el arte y la libertad personal
· Fernando Castro F. / nueva ética y reivindicación de la belleza
· Gabriel Peluffo / la importancia de los curadores locales
· Justo Pastor Mellado / el arte y la sedimentación histórica
· Alfons Hug / urbes condenadas y la ciudad prometida
· Aracy Amaral / hablando de arte-cidade
· Ales Erjavec / arte y cultura en el posmodernismo
ANEXO / Tabla de ilustraciones, 321 /Apuntes biográficos, 325.
· Federico Morais / el arte y la política
· Heinz Peter Schwerfel / el arte hecho cine
· Norbert Duffort / el arte y la libertad personal
· Fernando Castro F. / nueva ética y reivindicación de la belleza
· Gabriel Peluffo / la importancia de los curadores locales
· Justo Pastor Mellado / el arte y la sedimentación histórica
· Alfons Hug / urbes condenadas y la ciudad prometida
· Aracy Amaral / hablando de arte-cidade
· Ales Erjavec / arte y cultura en el posmodernismo
ANEXO / Tabla de ilustraciones, 321 /Apuntes biográficos, 325.
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