Ayer se cumplió un siglo de aquel 28 de marzo de 1909,
Pero fue el 17 de enero de 1875, cuando se concretó la idea de crear un Museo de Historia Natural. Efectivamente, el Gobierno dejó sentado un “Museo Nacional”, “anexo a la Biblioteca Pública”, sobre la base de los restos de un megaterio encontrado en los alrededores de la capital y donados por los señores Guido Bennatti y Vicente Logatti (quienes buscando tesoros, dieron con dichos restos fósiles).
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Tet de femme, Adolphe Piot. Oleo sobre tela. Francia.
EL CREADOR
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Don Juansilvano Godoi fue un personaje que, como muchos de su generación, fue protagonista de sucesos cruciales de nuestra historia política. Actor principal de los diversos sucesos del trágico decenio que siguió al catastrófico conflicto internacional que involucró al Paraguay y a la Triple Alianza conformada por la Argentina, el Brasil y el Uruguay.
Extrañado del país como consecuencia de su implicancia en dramáticos sucesos políticos que desviaron el curso de la historia de nuestro país en los años de posguerra, volvió al Paraguay luego de largos años de exilio ofreciendo a la sociedad de su patria el fruto de sus aficiones: una muy importante biblioteca y su valiosa pinacoteca, que sirvió de base para la creación del Museo Nacional de Bellas Artes.
Nació el 12 de noviembre de 1850, hijo del matrimonio formado por el coronel Juan Vicente Godoy y doña María Petrona Echagüe. Aún niño, partió con su madre al exterior a realizar sus estudios. En la Argentina se educó en el prestigioso colegio jesuítico de Santa Fe, donde si bien no se distinguió como buen alumno, por su carácter rebelde y pendenciero, comenzó a basamentar una sólida cultura. Contradictorio, ya desde entonces —al lado del acervo cultural que fue adquiriendo—, una fiel compañera suya era una pequeña pistola.
En la capital argentina siguió Derecho, pero no concluyó la carrera. A su regreso al país integró la Convención Constituyente de 1870.
Al finalizar la contienda, se sumó a los cientos de paraguayos que volvieron para reconstruir el país, asolado por cinco años de guerra. Aún no había cumplido 20 años cuando integró, con otros numerosos jóvenes de su generación, la Convención Nacional que dio al país la primera constitución democrática de su historia.
En poco tiempo Juansilvano ocupó importantes puestos en la administración pública: luego de su diputación en la Convención Constituyente, fue juez de primera instancia en lo Civil y miembro del Superior Tribunal de Justicia.
Tenía 26 años cuando se vio involucrado en el magnicidio que costó la vida del presidente Juan Bautista Gill y del cual fue el principal ideólogo. A raíz de estos hechos, Godoi se exilió a la Argentina, de donde solo regresó 18 años después.
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Portal sevillano, pintura española
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EXILIO Y COLECCIONISMO
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Durante su estadía en la Argentina realizó interesantes y exitosos emprendimientos inmobiliarios que le permitieron amasar una importante fortuna, además de cultivar muy buenas amistades, tanto en el Río de la Plata como en Europa, adonde viajó en varias oportunidades.
Una característica de su personalidad era su patriotismo a toda prueba y su fidelidad hasta la intransigencia con su país, a tal punto que hacía que su esposa viajara el último mes de embarazo al Paraguay y todos sus hijos, exceptuando a Leticia, nacieron en nuestro país. Consumado escritor, produjo pocas, pero importantes obras que enriquecieron la bibliografía nacional. A su vuelta de casi 20 años de exilio trajo sus cuadros y su nutrida biblioteca.
De regreso a su país, fue designado director general de Bibliotecas, Museos y Archivo de la Nación, además de representar al Paraguay en congresos internacionales y ejercer la representación diplomática ante el gobierno brasileño, donde trabó una estrecha amistad con el célebre canciller barón de Río Branco.
Ya en 1901 se propuso fundar su Museo Histórico, de Bellas Artes y Antigüedades. Haciéndose eco de las intenciones del señor Godoi, el gobierno del coronel Juan A. Escurra creó el cargo de Director General de Archivos, Bibliotecas y Museos de la Nación. Pomposo nombre. El entusiasmo de don Juansilvano hizo el resto. Sobre la base de la colección existente, fue creando el museo. De esa manera, con el acervo del “Museo Nacional” de 1875 y su propio acervo artístico y bibliográfico, el Museo Godoy fue tomando cuerpo.
Nace el Museo de Bellas Artes: Así, aquel lejano 28 de marzo de 1909, el Museo Godoy abría sus puertas. Casi cuatro décadas de buenas intensiones y recolección dieron sus frutos. “Desde aquella fecha hasta su fallecimiento —dice Josefina Plá—, don Juansilvano no cesó un momento de preocuparse del Museo; y en él recibió a todos los artistas y escritores que por ese tiempo pasaron por Asunción: Barrett y Pacheco Ochoa, Valle Inclán y Blasco Ibáñez, Blanco Villalta y Castagnino; y tantos otros. También en muchos documentos quedan rastros de su desvelo y preocupación por estas instituciones de las cuales fue empeñoso procurador y celoso vigilante de su integridad y de su prestigio.
Cuando falleció, el 27 de enero de 1926, un grupo de intelectuales y artistas se hizo eco de la conveniencia de la adquisición por el Estado del acervo museario de don Juansilvano. El Estado respondió adquiriendo la colección de pinturas (solo pagó la primera cuota; después, si te he visto no me acuerdo). Así empezó nuestro actual Museo Nacional de Bellas Artes.
Con el correr de los años, la pinacoteca fue adquirida por el Estado, que —como ya dijimos— pagó la primera cuota y del resto se olvidó de hacerlo. De ese hecho, del traspaso a manos del Estado paraguayo, justamente este año se cumple el 70 aniversario. La colección fue creciendo con nuevas adquisiciones, con obras de Delgado Rodas, Campos Cervera, Samudio, Alborno, Acevedo, entre otros.
Y pasaron cien años: El Museo Nacional de Bellas Artes, como vimos, empezó gracias a una iniciativa privada. Pasó a manos del Estado, que aparte de adquirirlo, no mostró mayor interés en él. Después de cien años, el Museo no tiene una casa digna. Los trabajos de pintura de las paredes en estos días se están realizando gracias a la caridad de una generosa vecina. Su colección está arrumbada en salones compartidos con el Archivo Nacional de Asunción, que también requiere de una sede acorde a su condición del más antiguo archivo del Río de la Plata. Quizá en estos días de cambio, que dicen, también haya un cambio de actitud con las expresiones culturales de nuestro país.
Quizá dentro de los proyectos de dignificación de nuestros monumentos, en el marco del Bicentenario de la República, nuestras autoridades se dignen mirar a estas instituciones, a estas menesterosas instituciones. No dejemos que la indolencia y la negligencia acaben con lo que un prohombre como don Juansilvano legó a sus compatriotas un 28 de marzo de 1909. Tal vez no ocurra eso. Tal vez.
Recuadro: La colección Godoi: El principal aporte que hizo don Juansilvano a la cultura paraguaya fue su Biblioteca Americana, con más de 20.000 volúmenes, y su fabulosa pinacoteca, en la que figuran valiosas pinturas de grandes artistas, como Rusiñol, Tintoretto, Murillo, Moreno Carbonero, Favretto, Lancerotto, Laroche, Berisso, Shiaffino, Scheller, Boggiani, Mornet y otros no menos importantes, como Da Re, Courtines, Piot, etc.
Recuadro: El escritor: Don Juansilvano Godoi escribió varios libros, algunos de los cuales son: Monografías históricas (1893), en el que estudia las personalidades de José Eduvigis Díaz, José Sienra Carranza, Domingo Faustino Sarmiento, Juan Carlos Gómez, y realiza un paralelo entre Francisco Solano López y Bartolomé Mitre; El Barón de Río Branco (1912), con capítulos que tratan sobre el canciller brasileño, la muerte del mariscal López, El concepto de Patria, La acción de Yatay y El Triunvirato; Documentos históricos (1916), con capítulos como El fusilamiento del Obispo Palacios y los Tribunales de Sangre de San Fernando. El comandante José Dolores Molas (1919), entre otros, además de numerosos artículos periodísticos publicados en el país y en el extranjero.
Recuadro: Directores del Museo Nacional de Bellas Artes: Algunas de las personalidades que pasaron por la dirección del Museo Nacional de Bellas Artes fueron, además de don Juan Silvano, su yerno, el intelectual español Viriato Díaz Pérez, el escritor Jorge Báez, Hipólito Sánchez Quell, Alejandra Peña Gill, Lotte Schultz, Francisco Garay, entre otros.
FOTOS: ABC Color/Gustavo Báez
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